‘El río’ es un trabajo apasionante y absorbente que trae de vuelta al medio a una autora pionera que siguió la lucha de autoras como Trina Robbins, Aline Kominsky-Crumb o Joyce Farmer

Aparece de cuando en cuando algún gamberro que nos hace soñar, como Rubén Lardín, que por lo menos tiene la decencia de no parecerse nada ni a la gente normal ni a los escritores respetables.

El magistral Sybilla, editado de modo exquisito por Fulgencio Pimentel, juega, canta y entrevera sus trazos con los de la escritora, cuya corta vida se contuvo en el hiato de la Guerra de los Treinta Años.

‘Domingo flamenco’, el cómic de Olivier Schrauwen, es una obra deprimente, divertidísima, llena de reflexiones absurdas y con un poso amargo y profundo.

Si existe un dibujante elegante hasta el desafecto, alguien que convierta el humor más raro en un vértigo quieto de líneas y manchas, ese es Max Baitinger.

Un prodigio gráfico que confirma todo lo bueno que el autor alemán había mostrado en sus trabajos previos y que le han convertido en uno de los más interesantes y estimulantes que ha aparecido en este año.

Julie Doucet regresa al cómic con un imparable experimento creativo que nos lleva a conocer una historia de su pasado.

Hablamos de ‘Monica’, la obra más personal y a la vez la más ambiciosa del historietista Daniel Clowes.

En el aspecto gráfico y –sobre todo– narrativo, ‘La sangre de la virgen’ es un tremendo prodigio, es un tour de force artístico de proporciones gigantescas.

‘Domingo flamenco’ se propone elaborar un “stream of counsciosness”, un tipo de relato que ha dado pie a grandes obras de la literatura y que quizás en cómic no se haya visto tanto.