Pompeo
En solo 32 años de vida, Andrea Pazienza dejó un legado comparable al de contemporáneos suyos de la talla de Guido Crepax, Milo Manara y Hugo Pratt. Tras Zanardi (2015) y Corre, Zanardi (2018), Pompeo es el tercer título de Pazienza que acercamos al lector en español, completando así el núcleo central de su trabajo. Título capital del cómic italiano y, por extensión, del cómic de autor de los años 80, Pompeo se erigió en una de las primeras novelas gráficas europeas propiamente dichas cuando apareció en 1987, solo unos meses antes de la muerte de su autor. Crónica de la caída en desgracia de un heroinómano, salpicada de referencias autobiográficas y formalmente el trabajo más libre de su autor, Pazienza llevó en ella hasta el extremo el torrente narrativo que sería su rasgo de estilo más característico. Para ello, en sus propias palabras, puso «las entrañas sobre la mesa», dibujando en hojas dispersas y cuadernos escolares, reflejando sin pudor las enormes dosis de culpa, superioridad, rabia y abulia de sus rutinas como adicto, y entregando la más fidedigna plasmación gráfica de la efímera y dorada posesión. Planteado como un diario, el relato se convierte poco a poco en algo más parecido a una canción, mientras ve su campo ampliarse continuamente con citas y homenajes (Borges, Disney, Pasternak) que son parte indisociable de la mirada salvaje, lírica, alucinada del propio Pazienza. Esa mirada, sumada a sus evidentes dotes como dibujante, lo ha convertido, al pasar de los años, en el autor de cómic más influyente y celebrado del país transalpino, y ha elevado este Pompeo al olimpo de los mejores tebeos de todos los tiempos.