Simon Hanselmann a su paso por Madrid. Foto: F. D. Quijano

Simon Hanselmann (Launceston, Australia, 1981) creció pobre y con una madre drogadicta en Tasmania, una isla que él define como “un agujero de mierda sin cultura”. Mal sitio también para ser un niño con una identidad de género confusa aficionado a travestirse. “La homosexualidad no fue despenalizada hasta 1997, cuando yo tenía 16 años. Hasta entonces era ilegal ser queer o diferente. Es una sociedad violenta a la que solo le interesan los deportes. No hay alternativas de ocio para los niños, no hay galerías de arte ni oferta cultural”. Dibujar sus propios cómics y fanzines lo mantuvo a flote, y en cuanto pudo se largó.

Un día antes de cumplir 31 años, Hanselmann consiguió su primer contrato editorial. Uno de los primeros sellos que se fijó en él fue la editorial riojana Fulgencio Pimentel, incluso antes que la estadounidense Fantagraphics, icono del cómic de autor. Hoy Hanselmann es algo así como una rockstar dentro de este género. Su sitcom de drogadictos e inadaptados sociales Megg, Mogg & Búho, protagonizada por una bruja, su gato/novio, un búho y un hombre lobo, lo ha catapultado en los últimos años desde el underground hasta la lista…

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15/06/2019
El Cultural