Libros para un confinamiento (VII)

EL AMOR ATRAVESADO

 

Veníamos a hablar del amor y de cómo anticipar las terribles consecuencias de verse recluido/a con el ser amado en el limitado espacio de una vivienda conyugal. Pues de todas las situaciones en que el confinamiento ha puesto nuestro delicado equilibrio amoroso (alejamiento temporal, cuarentena dentro del mismo domicilio, promiscuidad online, parafilias espontáneas, aumento de azúcar en sangre, castración voluntaria por sobreexposición en redes, celibato a sumar al permanente celibato, regreso al WC como templo masturbatorio), no se nos ocurre ninguna tan alarmante como la mera convivencia 24/24 con él, con ella, con elle.

Es entonces cuando, en el ánimo de documentarnos, encontramos esta maravilla, publicada en La Razón hace escasos días:

 

28.03.2020. Coronavirus: ¿Debemos evitar los besos y el sexo oral?

(…) «Lo primero que debe saber es que si su pareja o usted tienen el coronavirus, el mejor consejo es evitar las relaciones sexuales. En personas asintomáticas, sin antecedentes de exposición o que han dado negativo en el test, el sexo con precauciones puede ser una forma de aliviar la ansiedad ante una situación de confinamiento que genera mucho estrés. En cualquier caso, hay una serie de medidas que debes tener en cuenta a la hora de practicar sexo:

1.     Evitar los besos durante las relaciones sexuales

2.     El virus puede transmitirse a través de las heces, por lo que se recomienda evitar la práctica sexual oral-anal

3.     No existen pruebas de que el virus esté en los fluidos vaginales o en el semen

4.     Evitar el contacto sexual con personas que no sean de convivencia diaria

5.     Si tiene relaciones con su pareja, intente posturas en las que una de las personas le da la espalda al otro

6.     El sexo online, los videochats, la masturbación o el sexting son buenas opciones

7.     Lavarse las manos antes y después del coito es fundamental

8.     Evite las relaciones sexuales si su pareja no se encuentra bien

9.     Si su pareja tiene alguna enfermedad significativa que pueda empeorar por la infección del COVID-19, evite tener relaciones sexuales». (…)

 

¿Qué añadir a esto, salvo que nos han leído la mente? ¿Completaríamos el decálogo con un «Evite mirar a los ojos a su pareja durante el coito»? No, está perfecto como está. La realidad del amor en estas circunstancias es, una de dos: negarlo, como en el diario citado, o muy al contrario, que el amor lo permee todo, que lo moje todo, haciendo de nuestra reclusión la capilla a la que hace alusión el texto de trasera de esa Biblia que es Ser amadode Javier Lozano. Distinguido por el Puchi Award 2018, el obrón de Javier Lozano es un cómic poliédrico en el que abundan las peores escenas de cama, léase relatos de la indiferencia del otro, o del sexo caído en desgracia, o revisiones del clásico entre los cásicos, el funesto «tenemos que hablar». Pero a menudo también se encarna en sus páginas el buen amor, el generoso, el liberador, ya dure un suspiro o toda la eternidad, ya sea amor al perro, a la hermana, al señor peludo. En todos los casos, sus relatos llegan a nosotros engarzados en un tapiz, o mejor, en una vidriera, como una interminable secuencia de historias dentro de historias, donde sueño y vigilia se entremezclan. Igual que en nuestras pobres almas.

Hablamos del amor «atravesado» porque todo amor lo está. Primero, atravesado se ha en nuestro camino. Después, atravesado por una flecha, atravesado por pruebas inimaginables, atravesado como un hueso de aceituna. O atravesado para siempre por culpa de una cuarentena. Innegable señal de que algo va mal es que su pareja de usted, habiéndose usted afeitado previamente el ano y untado en él un poco de melaza, no reprima un gesto de hastío. Lo aprendimos en Melancolíade Simon Hanselmann, la narración en detalle del declive sentimental de Megg & Mogg y quizás el tomo más terrible de la serie. Estos días, Simon Hanselmann suma miles de seguidores para la sitcom con las páginas dedicadas a la pandemia que dibuja y publica cada día en tiempo real en su cuenta de Instagram. Es bonito saber que al menos Werewolf Jones ha sacado algo en claro de todo esto.

Llegado el caso podemos aventurar lo que nos espera con lo narrado en Novela naturalde Gueorgui Gospodínov. Crónica de un divorcio sosito, desdoblada en tres novelas paralelas que a su vez protagonizan otras tres identidades que comparten el mismo nombre, Novela natural fue también el libro que convirtió a Gospodínov en el autor más leído y premiado de su país, para ser superado unos años más tarde por su siguiente novela, Física de la tristeza. Repleto de digresiones marca de la casa, ustedes podrán leerlo en un suspiro, cerrar los ojos y esperar a que sobrevenga el caos en sus cabezas. «Pues del caos llegará el llamado» (Efesios 3:1-13).

En verdad, el amor es un lío grande y, como le sucede al arte, no existen dos personas sobre la tierra que puedan definirlo de la misma forma. De modo que quizá deberíamos dejar de llamar «amor» a lo que sucede entre nuestras cuatro paredes y llamarlo, por ejemplo, «festival». Y si regresamos a nuestro decálogo, veremos que podemos prescindir de casi todo lo relacionado con su puesta en escena. Si en algo insiste el querido diario La Razón, llamando siempre a la prudencia, es en señalar el beso como origen de todos los males. Sean considerados, usen mejor el colmillo. Uno solo, como Fernand, el vampiro protagonista de L’Amour, de Joann Sfar. Muy pronto, si nos deja el fin de los tiempos, reeditaremos L’Amour, porque lo contrario sería una crueldad y porque es posiblemente el volumen más divertido y vibrante de toda la saga, que describimos en su día como una «fábula moderna sobre lo humano y lo inhumano, sobre los rigores del amor y las servidumbres del deseo, sobre las huellas de la intolerancia y la dicha de la amistad compartida». Esto último sí que estamos seguros de que es amor: la amistad compartida. Lo demás es una guarrada. Que nos gusta, a qué negarlo, y nos idiotiza, y quemaremos el parlamento por él, y nos inmolaremos en él, con una sonrisa en la boca, además.

 

Otros romances espinosos:

El hijo del legionario, de Aitor Sarabia (álbum ilustrado)
El mal camino, de Simon Hanselmann (cómic)
Paciencia, de Daniel Clowes (cómic)
Paul va a trabajar este verano, de Michel Rabagliati (cómic)
Retiro, de Serguéi Dovlátov (narrativa)
Un verano en las dunas, de Seth (cómic)
Vampir, de Joann Sfar (cómic)
Ética para Julia, de Ricardo Díaz Peris (manual)
Hongos de la riba, de Luis Carlos López (poesía)
Las cosas de la vida, de Gérard Lauzier  (cómic)
Las niñas prodigio, de Sabina Urraca (narrativa)
Para cantar a solas, de José Ramo (poesía)
Arsène Schrauwen, de Olivier Schrauwen (cómic)
Cuartel de los dragones, de Ion Negoițescu (narrativa)
Y un eterno etcétera.

11/04/2020
Fulgencio Pimentel