Hay algo de bufonada azconiana, con tinte sobrenatural entre oligarcas risibles e impresentables, en esta sátira de Roque Larraquy llamada ‘La telepatía nacional (ed. Fulgencio Pimentel), un ‘break dance’ de recursos narrativos, la pena y la carcajada. Los potentados, como en los audios de Florentino, suben el pan: «Le conté que vi a una mujer pariendo de cuclillas, con el cordón umbilical entre los dientes, mientras mi padre le cobraba el alquiler… A usted se le bifurcó la cara: con la mirada mostró amabilísimo interés y, con la mandíbula, tedio. Entonces le conté que el día de mi casamiento en Mar de Plata un caballo corrió al acantilado y se tiró al mar. Fue la presencia de mi esposa, que es el demonio. Los invitados lo miraron perderse en el agua tomando un vino que mandé servir para amenizar el rato»…

Ver artículo original
17/09/2021
ABC