Desde que, unos años atrás, la editorial Fulgencio Pimentel se lanzara a apostar por él sin reservas, Simon Hanselmann se ha consolidado como uno de los autores indies más interesantes y refrescantes del cómic actual. El padre de Megg Mogg y Búho dejó huella en más de un sentido en su primera visita a España y, ahora, respaldado por la publicación de su obra en todo el mundo, ha repetido gira en varias ciudades españolas para presentar una nueva entrega de la saga de sus antihéroes slacker, “El mal camino”. Un oportuno descanso entre sesiones de firmas, eventos varios y apariciones televisivas nos ha permitido lanzar un puñado de preguntas al autor.
Hablemos de “El mal camino”. ¿Cuánto tiempo te ha llevado acabarlo, qué pasaba en tu vida mientras lo hacías?
Todo el proceso duró poco más de un año. Dos meses para planear y escribir el guión, maquetar las páginas. Luego, alrededor de tres meses para dibujar a lápiz todo. El entintado y la rotulación es lo siguiente, lo hice en cuarenta días, fue muy rápido. Por último, tardé alrededor de siete meses en colorearlo. El color es el proceso más largo, trabajaba prácticamente dieciseis horas diarias, fue agotador. Es la primera vez que he sido capaz de hacer esto, de centrarme en un único proyecto sin distracciones. Apenas salí de casa en todo el año.
¿Tienes toda la historia de Megg y Mogg en tu mente o vas avanzando conforme dibujas nuevas historias?
Sí, escribo un guión cerrado por adelantado. No puedo imaginarme haciéndolo a medida que avanzo. Creo que el resultado de eso sería un libro malo y descuidado, con poco sentido…