El libro de las aguas es abisal y fascinante, produce mucha urticaria y es a la vez cursi y obsceno, ambivalente y complejo, desagradable y brutal, exquisito e impasible, raro e inclasificable, exactamente igual que su autor. Eduard Limónov (Rusia, 1943) ha sido admirador de Baudelaire, costurero, poeta, guerrillero, amante celoso, exiliado y perseguido; líder del Partido Nacional Bolchevique, megalómano, arrogante y misógino despreciable. Pero también ha sido un escritor clarividente, capaz de iluminar las verdades más incómodas de nuestras vidas.

Escritas desde el encierro de la cárcel, estas memorias crudas y violentas se mueven entre lo punk y lo sentimentaloide, entre lo cínico y lo puro, entre la bajeza moral más execrable y la mirada precisa capaz de revelar las bellezas más insignificantes de la existencia humana. Limónov recorre el mundo porque siente que el mundo es suyo y que le debe algo: como el bohemio sanguinario que es, el autor recorre sin transición geografías de muerte y guerra y paraísos de asceta. Consciente…

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01/07/2019
El Cultural