“Lo más estúpido que he hecho últimamente ha sido el cómic que dibujé la semana pasada. Es muy agresivo y político. En él insulto a mucha gente, e incluye pedofilia, violaciones en la cárcel y suicidio. Espero no tener que arrepentirme. Los estadounidenses son muy blandos”.

Desde el principio, Simon Hanselmann muestra que su vida reciente no ha cambiado su obra. El historietista australiano ha pasado de una infancia y adolescencia de terror (padre ausente, madre yonqui, bullying, adicciones…) a ser uno de los autores de cómic más reconocidos —y reconocibles, por su afición a la ropa femenina— de la actualidad.
Ahora Simon está casado (con una mujer), vive en Seattle, pasea sus vestidos y peluca por festivales de cómic de todo el mundo y no para de publicar. Como Melancolía, el nuevo volumen de sus personajes fetiche Megg, Mogg y Búho, que edita ahora Fulgencio Pimentel. “Ha sido un año…
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12/09/2016
El País