Dufnäs es una localidad de la provincia de Darlana, una de las veintiuna en las que se divide Suecia. Pero para Ingmar Bergman fue como Combray para Marcel Proust. Porque allí, en la antigua casa del pastor Dahlberg, adquirida por sus padres como residencia veraniega de la familia, comenzó a tomar forma el universo cultural y afectivo del futuro cineasta. Así pues, convertido Dufnäs en ese territorio mítico que es el lugar donde transcurre la infancia de todo aquel que, ya en su ocaso, se dispone a la reconstrucción de su genealogía —y en Bergman dicha tarea fue un afán tan denodado que preside la última parte de su filmografía—, el autor localiza en Dufnäs Niños de domingo, segunda entrega de su trilogía familiar.

 

Recuperada ahora para los lectores españoles por Fulgencio Pimentel, que ya el año pasado hizo otro tanto con La buena voluntadprimera entrega del ciclo genealógico del cineasta, la traducción es de…

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26/04/2022
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