Fue a través de Bola ocho con la que la personalidad creativa de Daniel Clowes creció, se fragmentó y se multiplicó en diferentes perspectivas, incluso contradictorias, entre el dibujo cartoon y el trazo desapasionado gothic-noir a lo Charles Burns, pero sobre todo en su manera de captar el absurdo de las rutinas vitales de una sociedad tan arquetípica, aunque diversa, en su cultura como la estadounidense.

Para ello, el Clowes lynchiano se topó con el más cercano al Peter Bagge de Mundo idiota. Su cara más seria se encontró con la más delirante. Siempre todo dentro de un énfasis en captar la colección de risas más tristes que nos ha proporcionado jamás el mundo de la viñeta.

En este sentido, Bola ocho se vislumbra como la simiente creativa que ha definido cada uno de los impulsos artísticos de Clowes a lo largo de toda su carrera. La misma a través de la que ha vuelto a alcanzar una renovada plenitud recientemente mediante Mónica, seguramente el cómic más inspirador que nos brindó 2023…

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21/02/2025
El Salto