

El terreno estaba abonado para que a finales de los ochenta surgiera una generación de dibujantes con ambición cuyo ADN ya incorporaba la idea de que lo suyo era un arte serio y prestigioso, muy por encima de los superhéroes para adolescentes. Los cómics surgidos entre finales de los ochenta y principios de los noventa en Estados Unidos reflejan un desasosiego juvenil que tuvo su representación más notoria en la música grunge y el fenómeno Nirvana…