Libros para un confinamiento (I)

SOÑAR CON UN VERANO
Jueves, 26 de marzo.

Estamos como todos. Aburridos, asustados, inquietos… Tanto, que nos da la risa floja. El encierro nos ha convertido muy pronto en otros, y por supuesto ha alterado nuestras costumbres, ya de por sí bastante alteradas. Asomarse al mundo es una actividad arriesgada para el estado de ánimo, así que nos ha dado por ponernos ombliguistas y nos hemos puesto a rebuscar en los arcones de la editorial con la idea de elaborar algo así como un catálogo por entregas. A esta cosa la hemos llamado «Libros para un confinamiento», y con esa excusa iremos remitiéndoles cartas que repasen los libros «que nos hicieron quienes somos» (nos encanta esta frase). Mirando sus cubiertas como el que hojea un álbum de fotos familiar, nos detenemos en una página, señalamos con el índice a un torpe alférez de reemplazo que nos sonríe en blanco y negro desde algún lugar remoto. ¿Quién es este?, preguntamos al aire, ¿el tío Carmelo? Y una voz desde las profundidades nos contesta: eres tú, hijo mío. Eres tú.

Estos días nos llegan noticias de que en Italia, país queridísimo, plantean prolongar el confinamiento hasta bien entrado el verano, adaptando las medidas según aumenten o disminuyan los contagios. No somos pocos quienes, confiscada la primavera, soñábamos con un verano que ahora se antoja poco menos que improbable. Por eso nos agarramos como desesperados a cualquier lectura que nos ayude a evocarlo.

Si echamos un vistazo a nuestro catálogo, no se nos ocurre mejor manera de inundar la casa de brisa veraniega que acudir al primer título que publicamos, allá por agosto de 2006: Paul va a trabajar este verano, del autor canadiense Michel Rabagliati. Incluido en la definitiva guía de Paul Gravett 1001 cómics que hay que leer antes de morirPaul va a trabajar es un relato iniciático e inolvidable que podemos recomendar con los ojos cerrados tanto para el lector adulto como para el adolescente.

Sin movernos de Canadá, otro cómic estival: antes de alcanzar fama internacional y de convertirse en uno de los mejores novelistas gráficos de su generación, Seth plasmó el verano más otoñal imaginable para rememorar un lejano amor de juventud. Un verano en las dunas es el elegantísimo recuento de aquel y otros episodios de manos de nuestro adorado snob con fedora, al que muchos llaman todavía el «dibujante de la nostalgia».

Y para devolvernos el ánimo festivo, nada como un Tinto de verano. Elvira Lindo está de estreno estos días con ese novelón titulado A corazón abierto, pero no está de más recordar su registro más cómico con el índice completo de las domésticas y desternillantes columnas diarias que publicó en El País en aquellos lejanos agostos de 2000 a 2004.

A partir de aquí, el que no plante una sombrilla en su sala de estar es porque no quiere.

Otros títulos veraniegos:

Mujer, Los Bravú

Sirio, Martín López Lam

Picnic, María Ramos

21/03/2020
Fulgencio Pimentel