Jaime Hernandez
Jaime Hernandez (Oxnard, 1959) –que a menudo firma como Xaime– es uno de los creadores de cómic independiente más reputados de su generación. Junto a sus hermanos Gilbert y Mario creó en 1981 la cabecera Love & Rockets, autoeditando un primer número tras el cual la editorial Fantagraphics se hizo cargo de la colección, que tras distintas encarnaciones continúa publicándose hoy en día. Esta serie –que Mario abandonó tras los primeros números– no solo se convirtió en una de las piedras angulares sobre las que se fundamentó la hoy legendaria editorial norteamericana, sino que a lo largo de tres décadas ha ejercido una influencia determinante sobre varias generaciones de autores. En las páginas de Love & Rockets el dibujante ha desarrollado distintas historias, la mayor parte de las cuales confluyen en un rico universo de personajes bajo el título genérico de Locas, un extenso culebrón ambientado en un barrio de California en el que los personajes, muchos de ellos de origen hispano, como su autor, interactúan y maduran a lo largo de los años.
Son característicos de Jaime Hernandez a nivel gráfico un pulido dibujo en blanco y negro, la gestualidad de los personajes y la combinación de delicadeza académica clásica y caricatura que sabe imprimir a las figuras humanas. El dibujante ha citado como influencias determinantes en su formación a Hank Ketcham (Daniel el travieso) y Dan DeCarlo (Archie), cuyos espíritus dinámicos y juguetones se presentan de forma depurada en la obra del californiano. En el terreno argumental destaca el acento puesto en los personajes femeninos y una especial sensibilidad para plantear sus sutilidades emocionales a través del diálogo y la elipsis. Locas se ha ido desarrollando a lo largo de los años de forma no lineal, con numerosos saltos temporales que van construyendo el relato completo y complejo de las vidas de sus dos protagonistas principales, Maggie Chascarrillo y Hopey Glass, y quienes las rodean. En su afán por retratar situaciones y preocupaciones cotidianas –en ocasiones con ribetes fantásticos–, Jaime Hernandez ha sido una pieza clave en la construcción de toda una corriente del cómic basada en el costumbrismo que busca la complicidad de un público adulto.
Hernandez también trabaja como ilustrador de cubiertas de discos y libros y participa en el prestigioso semanario The New Yorker. Entre 1989 y 2011 ha recibido más de una docena de premios Harvey, los más prestigiosos de la industria independiente norteamericana, y a día de hoy continúa siendo uno de los autores fundamentales de la escena norteamericana y uno de los mejores dibujantes del mundo.