Ha muerto Juan Carlos Eguillor
Esta semana, gracias a Mauro Entrialgo, hemos sabido del fallecimiento de Juan Carlos Eguillor. A pesar de lo abultado de la bibliografía de este enlace a wikipedia, se echan en falta abundantes títulos que sólo harían que acercarnos someramente a la poliédrica personalidad de este, sobre todo, dibujante vasco que ha ilustrado desde el comienzo nuestra sección de Contactos en esta misma web. Quedan para siempre en el cajón colaboraciones y libros soñados, que discutimos con él en su luminosa casa madrileña, casi sin poder seguir el hilo de su entusiasmo a prueba de bomba y de enfermedad. Uno de los primeros videoartistas españoles, colaborador del fabuloso Euskadi Sioux de Vicente Ameztoy y del glorioso Hermano Lobo de Chúmy Chúmez, dibujante oficioso de las primeras Vainica Doble junto a Iván Zulueta, azote risueño de lo “euskocañí”, de todo lo solemne y agarrotado de su tierra, multipremiado y por supuesto olvidado, Eguillor fue libre en su vida y en su obra, un verdadero adelantado que introdujo el pop en la historieta española casi en solitario y desde la remota provincia y que aún en época reciente se acercaba a las páginas del Pravda y el Jodelle de Guy Peelaert como quien abre un misal. En homenaje a él, compartimos aquí un pequeño fetiche que pudimos fotografiar malamente en una de aquellas tardes de la Plaza de San Ildefonso: una humilde invitación navideña de Mari Carmen Santonja que él nos mostraba entre turbado y divertido, antes de regresar de un salto a su codiciado proyecto del libro circular, el mismo que fue revelado mucho antes que a él a los místicos de La Biblioteca de Babel, no lejos del Hexágono Carmesí. Adiós, Eguillor.